OSCAR NIEMEYER | El Poeta de las Curvas en la Arquitectura Brasileña
- Arq. Pablo Vazquez

- 16 oct
- 5 Min. de lectura
Autor: Pablo Vazquez.
Amante de descubrir nuevos lugares y adicto al trabajo, en resumen, un arquitecto.

Infancia y formación

Oscar Ribeiro de Almeida Niemeyer Soares Filho nació en Río de Janeiro, Brasil, el 15 de diciembre de 1907, en el seno de una familia de clase media. Desde joven mostró una gran sensibilidad artística, pero no fue hasta su ingreso a la Escuela Nacional de Bellas Artes de Río de Janeiro, en 1929, que comenzó a explorar la arquitectura. Se graduó en 1934, en plena transformación cultural del país, y muy pronto empezó a trabajar con uno de los grandes referentes de la modernidad: Lúcio Costa.
Durante esos años entró en contacto con Le Corbusier, cuya influencia sería clave en su visión arquitectónica, aunque Niemeyer desarrolló un lenguaje propio, alejado de la rigidez geométrica, apostando siempre por la sensualidad de las curvas.
Trayectoria profesional y obras principales

Oscar Niemeyer fue uno de los arquitectos más influyentes del siglo XX, conocido por su capacidad de fusionar modernismo con expresividad plástica. Su estilo se basaba en el uso del hormigón armado, al que daba formas ondulantes inspiradas en el paisaje de Brasil, la figura femenina y las curvas de la naturaleza.
Su primera gran obra fue el Pabellón de Brasil en la Feria Mundial de Nueva York de 1939, donde trabajó junto a Lúcio Costa. Más tarde, en 1941, diseñó el conjunto de Pampulha en Belo Horizonte, que lo lanzó a la fama internacional gracias a su audacia formal.
En 1956, el presidente Juscelino Kubitschek lo convocó para participar en la construcción de Brasilia, la nueva capital de Brasil. Niemeyer diseñó edificios icónicos como el Congreso Nacional, el Palacio de Planalto, la Catedral Metropolitana y el Palacio de la Alvorada, logrando que la ciudad se convirtiera en un símbolo del modernismo latinoamericano.
Su obra trascendió fronteras: dejó huella en países como Francia, Italia, Argelia, Líbano y España, proyectando desde sedes gubernamentales hasta centros culturales.

A lo largo de su vida, Niemeyer defendió una visión en la que la arquitectura debía ser accesible, poética y al servicio del pueblo, manteniéndose fiel a su ideología de izquierda y a su compromiso social.
Estilo y visión arquitectónica
Niemeyer decía que:
“Lo que atrae en la arquitectura no son los ángulos rectos ni las líneas rectas, sino la curva libre y sensual”.
Para él, la arquitectura debía emocionar, provocar asombro y celebrar la vida.
Su uso del hormigón armado no respondía solo a una cuestión técnica, sino a una búsqueda estética y simbólica: el material le permitía crear espacios fluidos, luminosos y cargados de significado. Su obra fue profundamente humanista, siempre vinculada a la idea de belleza y de accesibilidad para todos.
Primeras obras y el modernismo brasileño
El reconocimiento de Niemeyer comenzó en 1936, cuando fue seleccionado junto a Lúcio Costa para colaborar con Le Corbusier en el diseño del Ministerio de Educación y Salud en Río de Janeiro. Este proyecto marcó un antes y un después: supuso la llegada del modernismo al contexto tropical brasileño, con soluciones como los brise-soleil y jardines elevados adaptados al clima local.

En 1940 diseñó el Conjunto de Pampulha, en Belo Horizonte, una serie de edificios encargados por el entonces alcalde Juscelino Kubitschek. Aquí Niemeyer exploró de lleno su lenguaje curvilíneo, con obras como la Iglesia de San Francisco de Asís, que rompió con los cánones rígidos del modernismo ortodoxo. Pampulha no solo lo lanzó a la fama, sino que mostró su visión de una arquitectura sensual, libre y profundamente brasileña.
Brasilia: la gran utopía urbana
El punto culminante de su carrera llegó en la década de 1950, cuando el presidente Juscelino Kubitschek lo convocó para dar forma a su sueño de trasladar la capital de Brasil al interior del país: Brasilia.
Junto a Lúcio Costa, Niemeyer diseñó algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad, como el Congreso Nacional, la Catedral Metropolitana, el Palacio de la Alvorada y el Palacio del Planalto. Inaugurada en 1960, Brasilia fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987.

Más allá de su monumentalidad, la ciudad se convirtió en símbolo de modernidad y progreso, aunque también en objeto de críticas por su escala y planificación. Para Niemeyer, sin embargo, Brasilia representaba la utopía de un Brasil más justo e integrado.
Exilio y reconocimiento internacional
La instauración de la dictadura militar en Brasil en 1964 significó un giro en la vida de Niemeyer, quien, militante comunista, fue perseguido políticamente. Decidió exiliarse en Francia, donde abrió oficina y desarrolló proyectos internacionales, como la sede del Partido Comunista Francés en París y la Universidad de Constantina en Argelia.
Durante estos años, consolidó su fama como uno de los arquitectos más influyentes del siglo XX, recibiendo encargos en diversos países y convirtiéndose en un referente de la arquitectura moderna mundial.
Últimos años y legado
Niemeyer nunca dejó de trabajar. Aún centenario, continuaba dibujando y proyectando desde su oficina en Copacabana. Obras tardías como el Museo de Arte Contemporáneo de Niterói (1996) mostraron que su creatividad y audacia permanecían intactas.

En 1988 recibió el Premio Pritzker de Arquitectura, considerado el Nobel de la disciplina. Falleció en Río de Janeiro el 5 de diciembre de 2012, a pocos días de cumplir 105 años.
Listado cronológico de obras:
FOTOGRAFÍA | AÑO | OBRA |
1936 | Ministerio de Educación y Salud (con Lúcio Costa y Le Corbusier), Río de Janeiro. | |
1940-1943 | Conjunto Arquitectónico de Pampulha, Belo Horizonte. | |
1943 | Iglesia de San Francisco de Asís, Pampulha. | |
1950 | Edificio del Parque Ibirapuera (conjunto cultural), São Paulo. | |
1957-1960 | Congreso Nacional de Brasilia | |
1957-1960 | Palacio de la Alvorada de Brasilia | |
1957-1960 | Catedral Metropolitana de Brasilia | |
1957-1960 | Palacio del Planalto de Brasilia. | |
1965-1967 | Sede del Partido Comunista Francés, París. | |
1968-1970 | Universidad de Constantina, Argelia. | |
1982 | Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer, Avilés, España (diseñado, construido en 2006). | |
1996 | Museo de Arte Contemporáneo de Niterói, Brasil. | |
2002 | Museo Oscar Niemeyer (MON), Curitiba, Brasil. | |
2006 | Edificio sede de la editorial Mondadori, Milán (colaboración). | |
2007 | Centro Cultural Internacional en La Habana, Cuba (con la Fundación Niemeyer). |
Muerte y despedida
Oscar Niemeyer falleció en Río de Janeiro el 5 de diciembre de 2012, apenas diez días antes de cumplir 105 años. Su partida fue un duelo nacional en Brasil y un luto para la arquitectura mundial.

Su legado no solo está en los edificios que creó, sino en la forma en que transformó el modernismo en un lenguaje humano, sensual y profundamente brasileño.
En palabras del propio Niemeyer:“No es el ángulo recto lo que me atrae, ni la línea recta, dura e inflexible. Lo que me atrae es la curva libre y sensual”.

Oscar Niemeyer fue un creador incansable, un soñador de utopías y un poeta de la arquitectura. Su vida y obra nos recuerdan que el diseño no es solo técnica, sino también emoción, política y arte.




Comentarios